Juan GustavoRuiz Ruiz , 25 abril 2008
Sección: Maria en la Doctrina Católica
Fuente:
Encuentra.com
La Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una fórmula
tradicional: virgen antes del parto, virgen en el parto y, virgen después del
parto.
La Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una fórmula
tradicional: virgen antes del parto, virgen en el parto y, virgen después del
parto.
El amor de Jesús a su Madre, que había ofrecido a Dios su virginidad, hizo
que los planes divinos de redención se realizasen respetando ese propósito de
María. La Maternidad y Virginidad, dice San Bernardo son dos coronas que Dios
quiso concederle (cfr. In assumptione B. Mariae Virginis: PL 183,
428).
LA VIRGINIDAD DE MARÍA
La virginidad de Santa María puede entenderse en un triple
sentido:
Virginidad de mente, es decir, un constante propósito de virginidad, evitando
todo aquello que repugna a la perfecta castidad. Este es el llamado aspecto
espiritual o de entrega total a Dios.
Virginidad de los sentidos, o sea, la inmunidad de los impulsos desordenados
de la concupiscencia. Este es el llamado aspecto moral.
Virginidad del cuerpo, esto es, la integridad física jamás violada por ningún
contacto de varón.
El Dogma mariano del cual ahora tratamos se detiene a considerar,
principalmente, la integridad corporal de Santa María, y así la Iglesia nos
enseña que María Santísima:
- era virgen al concebir a Nuestro Señor (antes del parto);
- fue virgen al dar a luz al Señor (en el parto)
- permaneció virgen después del nacimiento de Cristo (después del parto).
El Magisterio de la Iglesia
a) En todos los Símbolos Apostólicos se declara la Fe cuando se dice: "Creo
en Jesucristo… que nació de Santa María Virgen, por obra del Espíritu Santo"
(cfr. DZ.4,5,6,7,19,282).
b) Los Concilios y declaraciones pontificias expresan con unanimidad esta
verdad. Por ejemplo:
- Concilio de Letrán (año 649) (cfr. DZ.256);
- Pablo IV (año 1555): Const. Cum quorundam,(cfr. DZ. 993);
- Pablo VI (año 1968): Credo del Pueblo de Dios;
- Concilio Vaticano II: Const. dogm. Lumen gentium, n.63.
Del Magisterio multisecular se puede confrontar: DZ. 20,91, 113, 143 s, 201,
214, 255, 190, 344, 429, 462, 708, 735, 1314, 1462, etc.
La Sagrada Tradición
San Ireneo: “Era necesario que en la restauración de Adán por Cristo… la
desobediencia virginal de Eva fuese desvirtua da y suprimida por la obediencia
virginal de María".
San Jerónimo: "Cristo virgen y María virgen consagraron los principios de la
virginidad en ambos sexos".
San Agustín: "Si con el nacimiento de Jesús se hubiera corrompido la
integridad de la madre, no habría nacido de una virgen y, por tanto, toda la
Iglesia profesaría falsamente que había nacido de una virgen"
San Efrén: Entró y habitó secretamente en el seno; salien do después del
seno, no rompe el sello virginal"
"Cuando el hedonismo, la sensualidad y la exaltación inmo derada del sexo
amenazan con inundar y asfixiar a la humani dad, el Señor nos revela su estima y
aprecio divino de la pureza, uniendo milagrosamente en su Madre el gozo de la
maternidad y el honor de la virginidad" (Pío XII).
CONTENIDO DEL DOGMA
La virginidad perpetua de María es un milagro obrado por Dios y un privilegio
concedido e íntimamente ligado al de la maternidad divina.
Este dogma mariano se explicita en tres grandes momen tos: antes, en y
después del parto, los cuales veremos a conti nuación.
La Virginidad antes del parto
Esto significa que María antes de concebir a Jesús no tuvo ningún comercio
carnal humano y, además, que concibió al Señor milagrosamente, esto es, sin
concurso de varón. La ac ción del germen viril fue suplida milagrosamente por
Dios, "por obra del Espíritu Santo".
a) La Sagrada Escritura
Isaías 7,14: "La virgen concebirá y dará a luz un hijo";
Lucas 1,26, "el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una virgen, y el nombre
de la virgen era María";
Lucas 1,34?36: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón? El Espíritu Santo
vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra";
Mateo 1,20: "José… no temas recibir a María, porque lo concebido en Ella es
obra del Espíritu Santo";
Mateo 1,16 y 18?25: "… Jacob engendró a José"; al citar la secuencia de las
genealogías lo lógico sería continuar con esa secuencia diciendo: José engendró
a Jesús, en cambio se dice: ",… María, de la cual nació Jesús". Por eso dice
después: Lc . 3,2 3: "… hijo, según se creía de José".
b) Razones de conveniencia
Santo Tomás dice:
1°) Conviene que el que es Hijo natural de Dios no tenga padre en la tierra,
que tenga un único padre en el cielo para que la dignidad de Dios no se
comunique a otro.
2°) El Verbo, que fue concebido eternamente en la más alta pureza espiritual,
debió también ser concebido virginal mente cuando se hizo carne.
3°) Para que la naturaleza humana del Salvador estuviese exenta del pecado
original, convenía que no fuese concebido por vía seminal, sino por concepción
virginal. Lo contrario sería un absurdo, esto es, que Cristo tuviese necesidad
de ser redimido. Se hizo igual en todo a nosotros, menos en el peca do (cfr.
Heb. 4,15).
4°) Al nacer según la carne de una virgen, Cristo nos indicaba que los
miembros de su Cuerpo Místico debían na cer, según el espíritu, de la Iglesia
virginal (cfr. Jn. 1,13; S.Th. III, q.28, a.1).
La Virginidad en el parto
Esto significa que María dio a luz a su Hijo primogénito sin menoscabo de su
integridad corporal y, además, que su parto fue sin dolor alguno. A Ella no le
alcanzó el castigo que Eva recibió: "parirás a tus hijos con dolor" (Gén. 3,16).
El parto, en consecuencia, fue milagroso y de carácter extraordi nario.
a) La Sagrada Escritura
Lucas 2,7: "Y dio a luz a su Hijo primogénito y lo envol vió en pañales, y lo
reclinó en un pesebre, porque en el mesón no había lugar para ellos".
Este pasaje lo explica San Pío X, en su Catecismo, de esta manera: el
alumbramiento del Señor fue semejante a "como un rayo de sol atraviesa el
cristal sin romperlo ni mancharlo".
b) Razones de conveniencia
Santo Tomás de Aquino se expresa de este modo:
1°) El Verbo, que fue ciertamente concebido y que proce de del Padre sin
ninguna corrupción, debía al hacerse carne nacer de una Madre virgen
conservándole su virginidad.
2°) El que vino para evitar toda corrupción, al nacer no debía destruir la
virginidad de aquella que le dio la vida.
3°) El que nos ordena honrar padre y madre se obligaba a sí mismo a no
disminuir, al nacer, el honor de su santa Madre (cfr. S.Th. III, q.28, a.2).
La Virginidad después del parto
Esto significa que María, después de dar a luz a su Hijo primogénito,
virginalmente, permaneció siempre virgen has ta el final de sus días en la
tierra, sin tener contacto alguno de varon y, en consecuencia, sin engendrar
otros hijos.
a) La Sagrada Escritura
Lucas 1,34: "¿ … pues no conozco varón?". Estas palabras indican la
resolución de María, opinión común, que había hecho voto perpetuo de virginidad;
lo cual significa que acep ta la concepción virginal de Cristo ?por obra del
Espíritu Santo? y reafirma su deseo de permanecer siempre virgen.
Mateo 1,25: "Y no la conoció hasta que dio a luz un hijo, al cual le puso por
nombre Jesús". Las palabras de este versí culo: "Y no la conoció hasta que dio a
Luz…" han inducido a algunos a interpretarlas en el sentido que después del naci çmiento de Jesús, entre la Virgen María y San José, hubo rela ciones maritales.
Al respecto debe tenerse en cuenta que en un sentido bíblico la partícula "hasta
que" ( donec ), pretende resaltar lo que ya ha ocurrido hasta ese
momento: la concep ción virginal de Jesús. Esta misma partícula se encuentra en
Jn. 9,18 donde dice que los fariseos no creyeron en el milagro de la curación
del ciego de nacimiento ?"hasta que"? ( do nec ) llamaron a los padres
de éste; sin embargo, tampoco creyeron después. Por tanto, la partícula (hasta
que) prescinde de la situación posterior.
La Iglesia ha enseñado siempre la perpetua virginidad de María. Cfr. las
declaraciones del Magisterio en este capítulo y los comentarios al pasaje de la
Anunciación en el capítulo 3 y, en particular, lo dicho en el v. 34 de ese mismo
pasaje.
Juan 19,26: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Esto no hubiera ocurrido, no sería
lógico, si María tuviera otros hijos que pu dieran cuidar de Ella.
b) Razones de conveniencia
Dice Santo Tomás:
1°) El que desde toda la eternidad es Hijo único del Padre, conviene que sea
en el tiempo el Hijo único de María.
2°) Sería una ofensa al Espíritu Santo, el cual santificó para siempre el
seno virginal de María.
3°) Si la dignidad de ser Madre de Dios supuso la virginidad antes y en el
parto, esa misma dignidad sigue exigiendo tal virginidad después del parto (cfr.
S.Th . III, q.28, a.3).
María Santísima es la pureza personificada, el ideal viviente de la
virginidad. Por ello, escribe el Santo Cura de Ars: "Debemos profesar una
ferviente devoción a la Santísima Virgen, si queremos conservar esta hermosa
virtud; de la cual no nos ha de caber duda alguna, si consideramos que Ella es
la reina, el modelo y la patrona de las vírgenes…" (Sermón sobre la pureza).
CUESTIONES COMPLEMENTARIAS
El matrimonio de José y de María
Por razón de la perpetua virginidad de María, esto es, por su deseo de evitar
todo contacto con varón, cabe pregun tarse si a pesar de ello puede existir un
verdadero matrimo nio con José. Santo Tomás de Aquino responde diciendo que
efectivamente hubo verdadero matrimonio, distinguiendo la forma y el fin del
mismo. 1°) La forma del matrimonio consiste en guardar indivisiblemente
fidelidad el uno al otro; 2°) el fin del matrimonio es la generación de la
prole, que se obtiene por la cópula carnal, y la educación, que se obtiene por
las obras de los esposos. En el caso de María y José, por cuanto a la forma, fue
verdadero matrimonio puesto que se guardó la fidelidad. Por cuanto al fin, si se
refiere a la cópula, entonces no hubo matrimonio consumado, pero en cuanto a
tener pro le si la hubo: Jesús, del que se ocuparon también de su educa ción
(cfr. S.Th. III, q.29, a.2).
En otras palabras, la esencia del matrimonio consiste en el derecho sobre los
cuerpos en orden a la procreación – ius in corpore – pero, otra cosa es
el uso de ese derecho, que puede usarse o no en razón de causas legítimas. De
donde resulta que puede existir verdadero matrimonio, aun cuando este sea
virginal.
Dice Santo Tomás: "No puede negarse que María y José hayan contraído
verdadero matrimonio por cuanto que María concibió y dio a luz a Cristo
virginalmente y no de la unión con José. Con esto se quiere insinuar a los
fieles casados qué, aun guardada de común consentimiento la continencia, per
manece el vínculo conyugal sin la unión de los cuerpos" ( S.Th . q.29, a.2, sed
contra; cfr. también Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Custos , donde
trata ampliamente éste tema).
Los supuestos hermanos de Jesús
1°) En la antigüedad la cuestión de la virginidad después del parto se
debatió entre dos posturas erróneas y opuestas:
a) Por las teorías dualistas y maniqueas que, al exaltar sólo al espíritu y
condenar la materia, consideraban perverso el matrimonio y, por ello, querían
presentar la virginidad perpetua de María como una confirmación de sus
teorías;
b) por Helvidio, adversario de los maniqueos, quien para combatirlos cayó en
el despropósito de presentar a María como madre ejemplar de una familia
numerosa.
San Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín asumen la tarea, entre otros, de
purificar la verdad de la perpetua virginidad de toda falsa motivación.
2°) En tiempos modernos algunos protestantes y racionalistas para negar la
perpetua virginidad han inventado que Jesús tuvo otros hermanos, apoyándose,
para ello, en ciertos pasajes de la Sagrada Escritura donde se hace mención de
"los hermanos de Jesús", cuando en realidad esos supuestos hermanos no son sino
parientes cercanos. Esto lo podemos comprobar con los siguientes textos:
Si vemos el pasaje:
Mateo 13,55-56: "¿… sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? y sus
hermanas ¿no viven entre nosotros?".
y lo comparamos con:
Mt. 27,56: "María, madre de Santiago y de José, y la ma dre de los hijos de
Zebedeo". Vemos que de esos "hermanos" se da el nombre de su madre, que es
distinta de la Virgen.
Lo anterior se confirma en Jn. 19,25: *` … estaban su Madre y la hermana de
su Madre, María, esposa de Cleofás". Como puede verse, algunos confunden a María
la Madre de Jesús y esposa de San José, con otra María madre de Santiago y José,
esposa de Cleofás.
Se pueden ver también los siguientes textos, donde se testimonia que esos
supuestos hermanos son, en realidad, pa rientes: Mc . 15,40; 16,1; Jn . 2,12;
Gál . 1,19.
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